viernes, 20 de julio de 2012

Michael Phelps, a las puertas de ser el dios de dioses


Londres 2012 se prepara para convertir al nadador estadounidense Michael Phelps en el dios de los dioses del olimpismo, en el deportista con más medallas conseguidas a lo largo de la historia.
El Cubo de Agua de Pekín encumbró al 'tiburón de Baltimore'. Hace cuatro años se convirtió en uno de los reyes de Pekín 2008 y, jornada tras jornada, no cesó de hacer historia.
Phelps pasó a ostentar el récord del mayor número de medallas de oro ganadas en unos Juegos, con sus ocho oros para superar a otro mito, su compatriota Mark Spitz, quien en Múnich'72 subió siete veces a lo más alto del podio.
Con nueve triunfos, es el deportista con más victorias en pruebas individuales y quien, con catorce en el global, más oros se ha colgado a lo largo de la historia.
En total ha logrado dieciséis preseas entre Atenas 2004 y Pekín 2008, con lo que está a un solo paso, a dos, de alcanzar a la hasta ahora reina del olimpismo, la gimnasta soviética Larisa Latynina, quien entre Melbourne'56, Roma'60 y Tokio'64 consiguió dieciocho.
Eran otros tiempos y la gimnasia era cosa de mujeres, no de 'niñas' como sucedió después. Nacida el 27 de diciembre de 1934 en un puerto ucraniano en el mar Negro, Gerson, Latynina quedó huérfana tras la invasión nazi. Al acabar la Segunda Guerra Mundial tenía once años y se dedicaba al ballet, tanto que hubiera podido convertirse en una estrella del prestigioso teatro ruso Bolchoi, pero su pasión era la gimnasia.
A los 16 años era madre, a los 19 pasó a integrar la selección soviética -comenzó a competir con su apellido de soltera, Dirii- y quizá con esa fuerza mental que da la maternidad se convirtió en una estrella en Melbourne, donde logró cuatro oros, una plata y un bronce.
En Roma'60 ya había cumplido 25 años y tenía tres hijos. Pese a ello amplió, con su histórica e innegable categoría, su recolección de podios olímpicos con tres oros, dos platas y un bronce más.
Y en sus terceros Juegos, los de Tokio, fue derrotada por la checa Vera Caslavska, pero aún así logró otros dos oros, dos platas y dos bronces.
Como a muchas grandes figuras, le llegó la cruz. Fue tras los Juegos de Montreal'76, donde sus pupilas -Latynina era la entrenadora del equipo nacional soviético- fueron superadas por otro mito, la rumana Nadia Comaneci, y el régimen la culpó. De nada valió el triunfo por equipos, por lo que tuvo que dimitir.
Phelps, como todos, también tiene su intrahistoria. Nacido el 30 de junio de 1985 en Baltimore e hijo de Fred, quien trabajaba para la policía estatal de Maryland, y de Deborah Sue Davisson, directora de escuela, tuvo que superar de pequeño un problema de hiperactividad.
Sus hermanas Whitney y Hilary, ambas nadadoras, fueron decisivas para que comenzara a practicar la natación y mejorase de sus enfermedad. No tardó en destacar y con quince años logró clasificarse para los Juegos de Sydney 2000, donde no consiguió medalla alguna.
En Atenas 2004 comenzó su idilio olímpico y hasta también debió superar unos problemas con la justicia cuando fue arrestado, en noviembre, por conducir bajo los efectos del alcohol en Salisbury, Maryland.
Tuvo que estar dieciocho meses en libertad condicional, pagó una multa y fue condenado también a ofrecer charlas a jóvenes de colegios sobre la conducción y la bebida.
Y tras la tempestad extradeportiva llegó la deportiva, pero de nuevo en forma de gloria y éxitos en la capital china, aunque no pudo evitar un nuevo conflicto por aparecer en una foto de una publicación en la que estaba utilizando un aparato para fumar marihuana en una fiesta universitaria, si bien en esta ocasión no fue procesado.
No obstante, como reconoció recientemente, este suceso, acompañado por la sanción de tres meses de suspensión que le impuso la Federación Estadounidense de Natación (USA Swimming), le hizo caer en la depresión y estuvo cerca de dejar el deporte.
Finalmente no lo hizo y, como también ha asegurado en mayo, estos Juegos de Londres serán el broche final a su carrera, en la que tambén ha batido 39 récords mundiales y con el objetivo de superar a Latynina, aunque sabe que será prácticament imposible repetir la hazaña de Pekín.

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