Después de muchos problemas familiares, enfermedades y lesiones, de intentar abandonar la natación competitiva hasta en dos ocasiones, la británica Gemma Spofforth respiró tranquila. Todo se torció definitivamente en 2009, justo después de vencer el campeonato del mundo de Roma en 100 espalda y batir el record mundial, aunque ya hace 5 años que su vida ya no es la de antes. Fue cuando falleció su madre debido a un cáncer de colon.
Desde entonces, Gemma, de 24 años ha tenido dificultades para conciliar su vida emocional con la competición aunque siempre ha admitido que canaliza la ira de la pérdida de su madre en la natación. El pasado año, la pareja de su padre también murió y aquello terminó por desmoralizarla. El pasado año empezó a trabajar tras terminar los estudios en Florida, entrenó para el mundial de Dubai pero cayó enferma el día antes de empezar la competición. Unas semanas después de regresar a Florida, donde reside, se rompió la nariz y dos dedos del pie en un accidente de moto.
Ayer, llegó primera en los 100 espalda en los selectivos británicos por los que estará en los Juegos Olímpicos, aunque ella misma matizaba ayer a la prensa en una entrevista cargada de emoción, alivio y euforia: “Si hoy (por ayer) no me hubieran salido bien las cosas esta hubiera sido mi última carrera en la natación. Tuve que dejarlo todo por este deporte y algún día lo tengo que recuperar.” Con la motivación renovada este viernes seguro que estará en la final de los 200 espalda.
Roger Torné
Notinat
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