La británico-australiana Penny Palfrey nadó en aguas llenas de tiburones para establecer un récord de natación en solitario en el océano de 108 km entre dos islas de las Caimán.
Palfrey, de 48 años llegó a las costas de Gran Caimán el domingo por la noche y estaba tan cansada que apenas si pudo ponerse de pie tras 40 horas y 41 minutos en el agua.
Muy deshidratada y sin poder hablar por la hinchazón de la lengua, levantó los brazos en señal de triunfo y miró a los cientos de espectadores antes de derrumbarse en la playa.
"Este fue el mayor recorrido a nado sin ayuda en el océano", dijo Steven Munatones, asesor de natación y observador del International Marathon Swimming Hall of Fame. "Lo que Penny hizo física y psicológicamente está más allá de lo increíble".
Para aclarar el récord, según los estándares del Hall of Fame, el nadador no puede usar una caja para protegerse contra los tiburones, llevar un traje de neopreno o aletas, ser ayudado por barcos que le escolten y debe ser verificado por un observador independiente.
El récord anterior estaba en 101 km.
El Guinness de los Records usa normas menos estrictas para la natación, según Munatones, que sigue los récords para el International Marathon Swimming Hall of Fame en América.
Munatones dijo que los últimos 16 km de Palfrey fueron los más duros y tuvo que luchar contra una "corriente malvada" después de más de 30 horas en el agua.
Aunque su barco escolta tenía un escudo antitiburones que envía señales eléctricas como repelente, cuatro tiburones blancos se acercaron a Palfrey el domingo. La tripulación estimó que un tiburón estuvo a 2,7 metros de la nadadora.
Fue el tercer intento de Palfrey por lograr el récord del mundo. Sus dos intentos previos en Hawái fueron abortados por graves picaduras de medusas.
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